Nuestro deseo es que cada uno de los mensajes, así como cada uno de los ministerios y recursos enlazados, pueda ayudar como una herramienta al crecimiento, edificación y fortaleza de cada creyente dentro de la iglesia de Jesucristo en las naciones y ser un práctico instrumento dentro de los planes y propósitos de Dios para la humanidad. Cada mensaje tiene el propósito de dejar una enseñanza basada en la doctrina bíblica, de dar una voz de aliento, de edificar las vidas; además de que pueda ser adaptado por quien desee para enseñanzas en células o grupos de enseñanza evangelísticos, escuela dominical, en evangelismo personal, en consejería o en reuniones y servicios de iglesias.

Dios en medio la tribulación°


Dios nuestro Creador, nuestro Salvador, nuestro Padre Celestial nos conoce y sabe en qué condición y situación nos encontramos.

Romanos 5:1-5. Por tanto, habiendo sido justificados por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo, por medio de quien también hemos obtenido entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia; y la paciencia, carácter probado; y el carácter probado, esperanza; y la esperanza no desilusiona, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que nos fue dado.



Salmos 46:1-3. ¿De quién temeré? “Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar; Aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza”.

En la vida hay tantas circunstancias que quieren robarnos la paz que Dios ha depositado en nuestro corazones. No podemos evitar que estas cosas vengan a nuestra vida, pero si podemos evitar que estorben nuestro caminar. Posiblemente estas a travesando tribulaciones terribles, a lo mejor tu animo a menguado y tu comunión con el Señor se ha venido abajo. 

Quizá no hallas que hacer y tienes temor de lo que puede ser de ti o de tu familia en los próximos días, pero en esta hora quiero decir que no temas, que no desmayes, que no te des por vencido, que hay un Dios el cual es mi Dios y el tuyo que puede sacarte de cualquier situación en la que puedas estar metido.

El salmista lo reconocía en estos versículos, él decía: “Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones”. Al igual que en el antiguo tiempo, también hoy en día Dios es nuestro ampara, nuestra fortaleza, nuestro pronto auxilio, por tanto, no temas. Es momento de reflexionar en lo siguiente: ¿Por qué temo si Dios está conmigo?, ¿Por qué desmayo si Jehová es mi fortaleza?, la teoría ahora ya la sabes, pero para que la Palabra de Dios se haga viva se necesita aplicar la fe en ella. Por esa razón te invito a que te levantes en el Nombre de Jesús, que dejes aun lado el temor que te ha invadido y comiences a creer en que Dios es tu superhéroe, pues él es tu pronto auxilio en la tribulación.


No permitas que el enemigo robe la paz que Dios quiere depositar en tu vida, no permitas que el temor te robe la confianza de que Dios es tu fortaleza. Comienza a practicar la palabra del Señor y comienza a confiar plenamente en El, pues El jamás te defraudara. Lo que sucede es  que a veces nuestro Padre necesita pasarnos por procesos los cuales para nosotros van a ser dolorosos, pero luego de ello entenderemos cual fue el motivo por el cual Dios actuó de esa manera.

Quizás fuiste azotado por experiencias en estos últimos días las cuales te han llevado a decaerte, desalentarte y hasta creer que todo está perdido pero, déjame decirte que es tiempo de que puedas correr a los brazos de Dios, ya que en él y solo en el podrás entender que en medio de tus tribulaciones no estás solo(a), sino que Dios el Padre de padres está a tu lado. Si hasta este momento habías enfrentado la tribulación solo, que tal si oras con nosotros e imploramos así el favor divino.

Dios no se deleita en las pruebas por las que atraviesan sus hijos. La Biblia dice que Cristo es compasivo hacia nosotros en todas nuestras pruebas, siendo tocado por los sentimientos de nuestras dolencias. En Apocalipsis 2:9 le dice a la iglesia “Sé de tu…”tribulación, y pobreza…” Está diciendo, en esencia, “Sé por lo que estás atravesando. Quizás no lo entiendas, pero sé todo al respecto.”

Para entender un poco más este pensamiento de Dios para nuestras vidas veamos lo que la Palabra de Dios dice al respecto. Es esencial que comprendamos esta verdad, porque el Señor sí prueba a su gente.

La Escritura dice, “Nos has probado como se prueba la plata (Salmo 66:10) “Tu fe…será probada con fuego” (1 Pedro 1:7). “El Señor prueba a los justos” (Salmo 11:5).

Deuteronomio 8. Cuidaréis de poner por obra todo mandamiento que yo os ordeno hoy, para que viváis, y seáis multiplicados, y entréis y poseáis la tierra que Jehová prometió con juramento a vuestros padres. Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos. Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre. 

Tu vestido nunca se envejeció sobre ti, ni el pie se te ha hinchado en estos cuarenta años. Reconoce asimismo en tu corazón, que como castiga el hombre a su hijo, así Jehová tu Dios te castiga.Guardarás, pues, los mandamientos de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y temiéndole. Porque Jehová tu Dios te introduce en la buena tierra, tierra de arroyos, de aguas, de fuentes y de manantiales, que brotan en vegas y montes; tierra de trigo y cebada, de vides, higueras y granados; tierra de olivos, de aceite y de miel; tierra en la cual no comerás el pan con escasez, ni te faltará nada en ella; tierra cuyas piedras son hierro, y de cuyos montes sacarás cobre. Y comerás y te saciarás, y bendecirás a Jehová tu Dios por la buena tierra que te habrá dado.

Amonestación de no olvidar a Dios. 

Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te ordeno hoy; no suceda que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en que habites, y tus vacas y tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen, y todo lo que tuvieres se aumente; y se enorgullezca tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre; que te hizo caminar por un desierto grande y espantoso, lleno de serpientes ardientes, y de escorpiones, y de sed, donde no había agua, y él te sacó agua de la roca del pedernal; que te sustentó con maná en el desierto, comida que tus padres no habían conocido, afligiéndote y probándote, para a la postre hacerte bien; y digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza. 

Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día. Mas si llegares a olvidarte de Jehová tu Dios y anduvieres en pos de dioses ajenos, y les sirvieres y a ellos te inclinares, yo lo afirmo hoy contra vosotros, que de cierto pereceréis. Como las naciones que Jehová destruirá delante de vosotros, así pereceréis, por cuanto no habréis atendido a la voz de Jehová vuestro Dios.

Ciertamente, todos los que siguen a Jesús van a enfrentar aflicciones. El Salmista escribe, “Muchas son las aflicciones de los justos” (Salmo 34:19). Pablo habla de tener “mucha aflicción y angustia en el corazón…con muchas lágrimas” (2 Corintios 2:4). Y Hebreos describe a santos que son “indigentes, afligidos, atormentados” y sobrellevando una gran batalla de aflicciones.” (Hebreos 11:37, 10:32).

El hecho es que la Biblia habla muchísimo sobre el sufrimiento, tribulaciones y problemas en la vida de los creyentes. De acuerdo al Salmista, “Mi alma está llena de problemas y mi vida se acerca hacia la tumba” (Salmo 88:3). Igualmente, David escribe de soportar “grandes y difíciles problemas” (Salmo 71:20).

No puedo nombrar a un solo seguidor de Jesús quien no ha soportado todas estas cosas que la Escritura menciona: pruebas, tribulaciones, aflicciones, angustia. Sé que puedo decir con David, “He soportado difíciles y grandes problemas y pruebas.” Y sé que muchos otros leyendo este mensaje pueden decir, “Eso resume mi vida en este momento. Estoy confrontando pruebas y aflicciones angustiosas.”

Por esta razón, cada cristiano tiene que saber y aceptar que Dios tiene un propósito en todos nuestros sufrimientos. Ninguna prueba entra en nuestras vidas sin que él lo permita. Y uno de los propósitos de Dios detrás de nuestras pruebas es el producir en nosotros fe inquebrantable. Pedro escribe “Que la prueba de tu fe, siendo mas preciosa que el oro que perece, aunque sea tratado con fuego, pueda ser encontrando en la alabanza y honor y gloria ante el aparecimiento de Jesucristo” (1 Pedro 1:17).

Pablo testifica de ser afligido con pruebas, sin embargo terminando su carrera habiendo ganado la prueba de la fe. Él escribe, “He peleado la buena batalla, he terminado mi carrera, he mantenido la fe” (2 Timoteo 4:7). Claro, Pablo sabía que todavía tenía mucho por hacer. Había grandes pruebas por delante. Pero podía honestamente decir: ”Quizás no he aprendido a Cristo como quería y no he sido perfeccionado, pero cuando se trata de fe y confiando en Dios a través de cada prueba sé que he creído y estoy persuadido. Cuando el enemigo viene como una inundación, sé que el Señor levantara bandera contra él. Y he aprendido todo esto en el horno de la aflicción.

Comparto este testimonio con Pablo. Por la gracia de Dios, el Espíritu Santo me ha permitido atravesar un número de pruebas en años recientes. Piensa en tu propia odisea o prueba. ¿Has tenido duda, temor o ira al soportarlo? ¿Has acusado a Dios de poner mucho sobre ti, de colocarte en tu prueba innecesariamente? ¿Estás al borde de darte por vencido, pensando, “He sido fiel en orar, en leer la Biblia, en ir a la iglesia, pero nada funciona? O puedes todavía mirar hacia al cielo y decir, “Sé que el Señor es bueno. Y voy a confiar en él a través de esto. No viviré en duda, él me sacará para su gloria.” Si esto te describe, entonces tu fe ha soportado el fuego. Pero si no, tengo que preguntarte: ¿cuántas pruebas más y aflicciones soportarás antes de poder decir, “Mi fe ha prevalecido?”

La verdad es que no todas las pruebas son pruebas de fe. A menudo, el Señor está detrás de algo más cuando estamos en el horno de la aflicción. Ciertamente, mientras más cerca caminas con Cristo y más profundas tus pruebas, mucho más está obrando él en ti para lograr algo más que fe. Pero no malinterpretes; cuando nuestra fe vacila, pruebas de fe vendrán. Nunca estaremos completamente más allá de ser probados. 

Pero aquí está otro de los propósitos de Dios en nuestras pruebas: El Padre está preparando la novia para su Hijo y quiere más de nosotros en nuestras pruebas que mayor fe. Esta novia va a ser probada severamente y su amor por el novio pasará por el fuego. Su confianza en él será refinada a través de fuegos, inundaciones y aflicciones. Sin embargo, estas pruebas no son cuestión de probar su amor y devoción. Al contrario son para refinar un amor que está totalmente comprometido. Déjeme explicar.

Esta novia – la elegida amada de Jesús – (La iglesia de Cristo: Los que han sido salvos) debe ser consumida por el deseo de estar con el novio. Debe ser apartada de todas distracciones. Debe estar obsesionada por un deseo de estar siempre en su presencia corporal. Pablo se refiere a este deseo cuando escribe de su propio deseo “estar ausentes del cuerpo y presentes al Señor.” (2 Corintios 5:8) “porque para mí el vivir es Cristo y el morir, ganancia.” (Filipenses 1:21).

Ahora mismo, Dios está preparando un nuevo mundo – un cielo nuevo y una nueva tierra – para su gente. Y esta nueva creación será compuesta de una Nueva Jerusalén incluyendo un hogar para la novia de Cristo. Isaías vio este nuevo mundo que Dios está creando, y el panorama del cual lo debe haber sobrecogido. Dios dijo a través del profeta, “Porque he aquí que yo crearé nuevos cielos y nueva tierra. De lo pasado no habrá memoria ni vendrá al pensamiento. Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre en las cosas que yo he creado, porque he aquí que yo traigo a Jerusalén alegría y a su pueblo gozo.” (Isaías 65:17-18). 

Dios está haciendo una declaración poderosa aquí a la desposada de Cristo. Está diciendo, en efecto, “en medio de tu prueba actual, fija esta verdad en tu mente: el mundo presente no es tu hogar. Todo lo que ves, pasara – la tierra, la luna, el sol, y las estrellas. Estoy creando un nuevo mundo donde no hay fuegos, inundaciones, diablos, pruebas ni aflicciones.

Tu prueba va a terminar, y tus problemas pasaran. Por lo tanto fija tus ojos en Cristo y fija tus afectos en pasar la eternidad con Él en el nuevo mundo. De acuerdo a Él, el mundo en que luchamos ahora con todo su dolor y tristeza, no será recordado cuando ese día llegue. ¡Ni siquiera entrara en nuestras mentes! Esto me dice que la prueba que muchos están soportando no es el ser probado – es entrenamiento. Estamos siendo preparados para un mundo donde no habrá más dolor. Y ese mundo va a ser poblado con cuerpos nuevos. Pablo nos dice que el cuerpo que baja a la tumba no es el mismo que saldrá de la tumba. Vamos a tener un cuerpo nuevo, uno con el ADN del Cristo mismo.

Abraham es un ejemplo de uno que tenía un enfoque en el mundo por venir. La Biblia dice de el: “Por la fe habitó como extranjero en la tierra…porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.” (Hebreos 11:9-10). Abraham pasó una gran prueba de fe cuando en obediencia a Dios, ofreció a su hijo, Isaac en sacrificio. Sin embargo, aún más que su fe probada, Abraham fue apartado de esta tierra – un hecho probado cuando ofreció a su hijo. Él tuvo fe en que había un propósito mayor del que él podía ver. 

Aquí estaba un hombre verdaderamente en el mundo pero no era parte del mismo, viendo su ciudadanía en otro mundo. Dios nos ayude a separarnos del espíritu materialista de estos tiempos y a transferir todo nuestro afecto a la Nueva Jerusalén. “… si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados. Tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse,” (Ro. 8:17:18). A la luz de la gloria que le espera, ¿cuál es su prueba en comparación? Dios ha escogido a aquellos “refinados…no con plata; te he escogido en horno de aflicción.” (Isaías 48:10).

Ese es el impacto que nuestras alabanzas traen durante nuestras pruebas. Así que ¿cómo has estado reaccionado en tu hora de aflicción? ¿Estás tomando de la copa temblorosa, sintiéndote débil, sin poder para resistir al enemigo? Es hora de sacudir las vendas pesadas y levantar manos santas en alabanza a tu Redentor. Estás libre, no importa tu prueba, así que alégrate y regocíjate. Cristo se revelará en tu prueba, y el fuego quemará todas esas cuerdas que te atan. ¡Seguramente no estas siendo probado sino entrenado!

1 Pedro 1:6-7. "En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo"

Tú tienes dos opciones, o te tiras al piso a llorar por lo que te está pasando...O te paras, y comienzas alabar a Dios. O te tiras al piso, para caer en una depresión, o alzas los ojos y miras a hacia delante, porque las promesas de Dios son ciertas y están a todo tu alrededor.

Cuando estés en medio de la tormenta, no escojas el camino fácil. Escoge el camino de la rendición. Gracias al sacrificio de Cristo Jesús tú eres más que vencedor. El Señor te escogió a ti, para que pases por la prueba que estás pasando. No solamente para que pases por la prueba, pero para que conquistes esa tribulación, ese problema por el cual estas pasando. El mar Rojo se abrirá, las murallas de Jericó caerán, las tormentas gracias a Cristo Jesús se calmaran. 

Clama a Él en el Medio de la Tormenta y con su fortaleza tú vencerás. Porque si vencemos en la tormenta, cuando venga la paz, la corona de gloria tu recibirás. ¿Cuál es tu tribulación? ¿La crisis económica y sus consecuencias? ¿Es un lecho de hospital? ¿Es un lugar de trabajo donde eres el único cristiano? ¿Es una casa con niños pequeños? ¿Es un hogar de ancianos? ¿Es una nueva ciudad o un nuevo trabajo? Ser despedido de un empleo o pasar por un divorcio o la muerte de un cónyuge puede colocar a un creyente en su tribulación personal. ¿De qué manera has sido aislado, exiliado y confinado a la soledad?

Salmos 27. Versión Dios Habla Hoy (DHH) El Señor es mi luz y mi salvación.

El Señor es mi luz y mi salvación, ¿de quién podré tener miedo? El Señor defiende mi vida, ¿a quién habré de temer? Los malvados, mis enemigos, se juntan para atacarme y destruirme; pero ellos son los que tropiezan y caen. Aunque un ejército me rodee, mi corazón no tendrá miedo; aunque se preparen para atacarme, yo permaneceré tranquilo. Sólo una cosa he pedido al Señor, sólo una cosa deseo: estar en el templo del Señor todos los días de mi vida, para adorarlo en su templo y contemplar su hermosura.

Cuando lleguen los días malos, el Señor me dará abrigo en su templo; bajo su sombra me protegerá. ¡Me pondrá a salvo sobre una roca! Entonces podré levantar la cabeza por encima de mis enemigos; entonces podré ofrecer sacrificios en el templo, y gritar de alegría, y cantar himnos al Señor. A ti clamo, Señor: escúchame. Ten compasión de mí, ¡respóndeme! El corazón me dice: «Busca la presencia del Señor.» Y yo, Señor, busco tu presencia. ¡No te escondas de mí! ¡No me rechaces con ira! ¡Mi única ayuda eres tú! No me dejes solo y sin amparo, pues tú eres mi Dios y salvador.

Aunque mi padre y mi madre me abandonen, tú, Señor, te harás cargo de mí. Señor, muéstrame tu camino; guíame por el buen camino a causa de mis enemigos; no me entregues a su voluntad, pues se han levantado contra mí testigos falsos y violentos. Pero yo estoy convencido de que llegaré a ver la bondad del Señor a lo largo de esta vida. ¡Ten confianza en el Señor! ¡Ten valor, no te desanimes! ¡Sí, ten confianza en el Señor!

Bendiciones.

No hay comentarios:

Publicar un comentario