Nuestro deseo es que cada uno de los mensajes, así como cada uno de los ministerios y recursos enlazados, pueda ayudar como una herramienta al crecimiento, edificación y fortaleza de cada creyente dentro de la iglesia de Jesucristo en las naciones y ser un práctico instrumento dentro de los planes y propósitos de Dios para la humanidad. Cada mensaje tiene el propósito de dejar una enseñanza basada en la doctrina bíblica, de dar una voz de aliento, de edificar las vidas; además de que pueda ser adaptado por quien desee para enseñanzas en células o grupos de enseñanza evangelísticos, escuela dominical, en evangelismo personal, en consejería o en reuniones y servicios de iglesias.

Los nombres de Dios°



Éxodo 3:13-15. Entonces dijo Moisés a Dios: He aquí, si voy a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros, tal vez me digan: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé? Y dijo Dios a Moisés: YO SOY EL QUE SOY. Y añadió: Así dirás a los hijos de Israel: YO SOY me ha enviado a vosotros. Dijo además Dios a Moisés: Así dirás a los hijos de Israel: El SEÑOR, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Este es mi nombre para siempre, y con él se hará memoria de mí de generación en generación.

Los nombres de Dios revelan su carácter y su naturaleza. Los nombres de Dios revelan aspectos de Dios que tienen que ver con cada una de las necesidades del ser humano en lo que enfrenta en su vida diaria. Dios quiere que no solo le amemos, que le reverenciemos y que lo adoremos, Dios quiere que le conozcamos y que lo entendamos en todo lo que es y lo que quiere hacer por nosotros.

Jeremías 9:24 (VCST). Si alguien ha de gloriarse, que se gloríe de conocerme y de comprender que yo soy el Señor, que actúo en la tierra con amor, con derecho y justicia, pues es lo que a mí me agrada —afirma el Señor—.

En el judaísmo, el nombre de Dios es más que un título distinguido, representa su naturaleza Divina.  La mayoría de los rabinos ortodoxos sostienen que ninguno de los nombres correctos de Dios deben borrarse, olvidarse o descartarse ni tan siquiera en traducciones… porque hay PODER en el nombre de Dios.  El nombre de Dios garantizaba la preservación de la nación de Israel.    

1 Samuel 12:22. (VPDT) Sin embargo, el SEÑOR no abandonará a su pueblo. Al SEÑOR le agradó hacerlos su pueblo. Así que, por amor a su nombre, no los abandonará.

JAH. “YO SOY”, el que es auto existente. Dios nunca cambia. Sus promesas nunca fallan. Cuando nosotros somos infieles, Él es fiel. Dios promete su presencia continua. Éxodo 3:14; 15:2; Salmo 46:1, 68:4; Isaías 26:4. Forma abreviada de Yahvéh. Se utiliza a menudo en combinación con otros nombres o frases. Aleluya significa “Alabanza a Jah (el Señor)”; Elías quiere decir “Dios es Jah (el Señor)”; y Josué significa “Jah (el Señor) es mi salvación”.

Los nombres de Dios que encontramos en la Biblia nos hablan acerca de sus cualidades y sus características. Al estudiar los nombres de Dios entenderemos con más claridad quien es Dios y tendremos un más claro concepto de su relación con el ser humano.

Los nombres de Dios aparecen en tres grupos o categorías siguientes:

Los 3 nombres primarios -  Jehová – Elohim y Adonai

Los 3 mayores nombres compuestos – Jevhová Elohim- Adonai Jehová – Jehová Sabaot.

Los 3 compuestos con EL -  El Shaddai – El Elyon – El Olam.

El Shaddai = Dios Todopoderoso -  El Elyon = Dios Altísimo – El Olam = Dios Eterno.

Ahora lo que haremos es contextualizar, contemporanizar y aplicar a nuestras vidas diarias lo que Dios quiere significar para nosotros.

Elohim. Se deriva de la raíz que significa fuerte y poderoso. Aparece 2,312 veces en el Antiguo Testamento. Es la forma plural de Él. El, Para los Israelitas este nombre asume un carácter muy particular. El nombre propio de Dios como único e incomparable. Él se usaba con un adjetivo que identificaba un aspecto o una virtud de Dios.

A. El-Shaddai = Dios Todopoderoso Gn. 17:1

B. El-Elión = Dios Altísimo Gn. 14:18

C. El-Olam = Dios Eterno Gn. 21:23

D. El-Ganna = Dios Celoso Ex. 25:5

E. El-Hai = Dios Viviente Jos. 3:10

Los Hebreos pensaban que al usarse el plural de Él, existían más de un Dios verdadero, lo que los llevó al politeísmo. (Muchos dioses) Pero cuando el nombre Elohim aparece en la Biblia denota una conjugación singular, lo que confirma la conocida Trinidad. (Una pluralidad en el seno de la deidad)

Génesis 1:1 Elohim creó (bará) los cielos… note que Elohim aparece en plural, pero la conjugación del verbo creó (bará) es singular.

Génesis 3:22 El hombre es como nosotros… Aquí vemos a Dios hablando en forma de pluralidad. (Nosotros)

Jehová. JHWH/YHVH.  “YO SOY”, el que es autoexistente. Dios nunca cambia. Sus promesas nunca fallan. Cuando nosotros somos infieles, Él es fiel. Éxodo 3:14; Malaquías 3:6. Nombre de Dios revelado a Moisés. También se le denomina tetragrama (“cuatro letras”). Aparece alrededor de 6800 veces. En las versiones españolas de la Biblia se traduce “Jehová” o “Señor”, en este último caso se debe a que se convirtió en práctica común que los Judíos dijeran “Señor”, en este último caso se debe a que se convirtió en práctica común que los judíos dijeran “Señor” (Adonai) en vez de pronunciar el nombre (YHWH (YHVH). Es el nombre más conocido de Dios. Su raíz se deriva de ser y vivir. Es el nombre de Dios que se identifica como el Dios que se interesa en el hombre. 

Esto se confirma cuando leemos acerca de su trato con el hombre, proveyendo una redención y un pacto donde se rebela al hombre para salvarlo. De la manera que Elohim demuestra poder, Jehová demuestra un Dios interesado en el hombre. Aparecen otros nombres compuestos con el nombre de Jehová que demuestran la relación de Dios con el hombre. Este nombre revela la esencia misma de Dios.

A. Yahveh-Jireh Jehová proveerá Ge. 13:14

B. Yahveh-Rafah Jehová que te sana Ex. 15:26

C. Yahveh-Nissi Jehová es mi bandera Ex. 17:15

D. Yahveh- Shalom Jehová Paz Jue. 6:24

E. Yahveh-Raah Jehová mi pastor Sal. 23:1

F. Yahveh-Tsidkenu Jehová nuestra justicia Jer. 23:6

Hay un debate en cuanto a cuál es la manera correcta para llamar el nombre de Dios. Los Israelitas debatían que no se podía usar el nombre de Jehová en vano, conforme al mandamiento de "no tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano". En hebreo el nombre de Jehová se usaba en forma de un tetragrama: YHVH. Esto causó que no se mencionara el nombre de YHVH en las lecturas bíblicas que se hacían. El nombre de YHVH debía reemplazarse con el nombre Adonai o Señor Algunos de los sacerdotes que se equivocaban al leer el nombre de YHVH eran llevados a la muerte. Por último se opina añadir a este tetragrama las vocales que se encontraban en el nombre Adonai, lo que cambió el nombre a Yahveh, la verdadera trascripción. Este nombre significa Aquel que es.

Jehová de los ejércitos. Este nombre de Dios se encuentra con frecuencia en el Antiguo Testamento. Mayormente dentro de los libros donde el pueblo de Dios se encontraba en medio de guerras. Dios era conocido como el Dios Todopoderoso (El-Shaddai) que tenía dominio sobre todo el cosmos. Isaías 54:5; Óseas 12:6

Adonai. Este nombre fue también aplicado ya desde el principio al Dios de Israel. Se utiliza en el Antiguo Testamento 427 veces expresando la soberanía de Dios. La noción de que el hombre pertenece a Dios y que este debe estar a su servicio. Equivale a dueño, propietario, señor. En el nuevo testamento el equivalente de Adonai es Kurios. El Señor, Mi gran Señor. Dios es el Amo y Señor majestuoso. Dios es nuestra autoridad plena. Adonai (plural) deriva del singular Adon (Señor). Este término se expresaba para reemplazar a YHWH (que se consideraba demasiado sagrado como para ser pronunciado).. Ge. 15:2,8; Ge. 18:3,27,30; Ex. 23:17. Salmo 8; Isaías 40: 3-5, Ezequiel 16:8; Habacuc 3:19.

El Santo de Israel. Este nombre expresa la santidad de Dios. Su horror al mal, su aborrecimiento contra el pecado. Podemos encontrar que en el libro de Levítico, Dios insta a su pueblo a ser santo como él era Santo. En medio de pueblos paganos dados al pecado y a la maldad, el Dios de Israel se conocía como un Dios Santo. Este carácter de Dios es reafirmado en 1 Pedro, donde los creyentes del nuevo pacto  también están llamados a ser santos como Dios. Lv. 11:44 Lv. 19:2 Lv. 20:7 1 Pedro 1:16

Padre. Padre es el nombre de Dios que nos hace pensar en aquel ser que siempre está a nuestro lado para ayudarnos y darnos la mano. Un nombre con el cual podemos relacionarnos. Todos tenemos o tuvimos un padre. Unos más buenos que otros. Pero se conceptúa como padre aquel que cumple con sus obligaciones y saca el tiempo para sus hijos. Ya desde el libro de Isaías el nombre de Padre sale a relucir. Esta relación de Padre e hijo se puede ver en la palabra del Hijo Prodigo, la oración sacerdotal, el padrenuestro y en las escrituras donde se nos reconoce como hijos de Dios. Is. 63:16 Is. 64:8 Lc. 15 Lc. 11

Jehová-Elohiym. El término general en hebreo para Dios es Elohiym. En ocasiones se utiliza con un artículo determinado, en otras sin él. En total aparece 2555 veces. En 2310 de estos casos se utiliza como nombre del Dios vivo y verdadero, pero en 245 pasajes es utilizado en sentidos inferiores.

Aunque es de forma plural, este nombre se utiliza por lo general con un verbo singular cuando se refiere al verdadero Dios. Este nombre representaba propiamente a Un solo Ser, que se ha revelado al hombre como Creador, Gobernante y Señor. Este era Su propio y peculiar título, y debiera limitarse a Él. Consiguientemente leemos "En el principio Dios (Elohiym, 430, en plural) creó (en singular) los cielo y la tierra" (Gn.1:1). En el caso del hebreo el concepto de figura plural no tiene la misma implicación que en otros idiomas; si en nuestro idioma plural es sinónimo de número, en el hebreo es sinónimo de calidad.

Jehová-Yahweh. Es un hecho extraño, con respecto a la palabra Jehová, que los críticos difieran como difieren acerca de su pronunciación, origen y significado. La primera dificultad a surgido debido a misterio con el que los judíos siempre han envuelto este nombre sagrado y (según los judíos) incomunicable; pero podemos reposar satisfechos con la pronunciación tradicional de esta palabra hasta que haya razones más poderosas que las que se dan por ahora para su cambio por Yahweh u otras formas. Sea cual fuere la opinión acerca de Elohim, se está de acuerdo en que Jehová no es un nombre genérico o de clase, sino un nombre personal o propio.

Jehová-tsidkenu. Justicia nuestra "Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en El". (2 Co. 5:21) El Señor nuestra justicia. Jesús es el rey que vendría del linaje de David, y es quien nos imparte su justicia. Se conoce también como Yahvéh-Tsidkenu. Todas las personas pecan y están destituidas de la gloria de Dios, pero Él gratuitamente nos hace justos por medio de la fe en Jesucristo (Romanos 3:22,23). Dios promete enviar a un rey que reinará sabiamente y que hará lo que es justo y recto. La gente vivirá segura Jeremías 23:5,6; 33:16; Ezequiel 36:26,27 (2 Corintios 5:21). 

Jehová-m'Kaddesh. Nuestro santificador. El Señor que santifica. Dios aparta un pueblo escogido, santo para Dios, un real sacerdocio, un pueblo propio. Él limpia nuestro pecado y nos ayuda a madurar. Se conoce también como Yahvéh-Mekaddesh. Nosotros hemos sido apartados, hechos santos y redimidos por la sangre de Jesucristo, nuestro Jehová-Mekaddesh. Por lo tanto, debemos continuar viviendo una vida santa y que agrade a Dios  "Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensiblemente para la venido de nuestro Señor Jesucristo." (1 Tes. 5:23) Éxodo 31:12-13.1 Pedro 1:15,16; Hebreos 13:12; 1 Pedro 1:13-25.

Jehová-Shalom. Nuestra paz "Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo." (Jueces 6:24. Fil. 4:7) El Señor es paz. Dios derrota a nuestros enemigos para darnos paz. Jesús es nuestro Príncipe de paz. Dios da paz y armonía interior. También se conoce como Yahvéh-Shalom. Nombre del altar que Gedeón edificó en Ofra como recordatorio del mensaje de Dios “Paz a ti”. Isaías nos dice que el Mesías también será conocido como el “Príncipe de Paz”, nuestro Jehová-Shalom.  Números 6:22-27; Jueces 6:22-24, Isaías 9:6; Hebreos 13:20; Isaías 9:6.

Jehová-Shammah. Dios con nosotros y en nosotros "No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?" (1 Co. 3:16) El Señor está presente. El Señor es mi compañero.  La presencia del Señor no está limitada o circunscripta al tabernáculo o al templo, sino que es accesible para todos los que lo aman y lo obedecen. Conocido también como Yahvéh-Sama. Dios le reveló a Ezequiel que el nombre de la nueva Jerusalén será “el Señor está presente”. El Espíritu de Dios mora en nosotros por medio de Jesucristo. Ezequiel 48:35; Salmo 46; Mateo 28:20; Apocalipsis 21; 1 Corintios 3:16.

Jehová-rafa. Nuestro sanador "Bendice, alma mía a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas iniquidades, El que sana todas tus dolencias." (Salmo 103:2,3) El Señor sanaDios ha provisto en Jesucristo la sanidad definitiva para la enfermedad espiritual, física y emocional. Dios puede sanarnos. Se conoce también como Yahvéh-Rafa. Jesús demostró que Él era Jehová-Rafa al curar a los enfermos, a los ciegos, a los paralíticos, y al echar fuera demonios. Jesús también sana a su pueblo del pecado de la injusticia. Éxodo 15:25-27; Salmo 103:3, 147:3; 1 Pedro 2:24; Lucas 5:31,32.

Jehová-jireh. Nuestra provisión. El Señor proveerá. Así como Dios proveyó un carnero como sustituto de Isaac, Él proveyó a su hijo Jesús como el sacrificio definitivo. Dios suplirá todas nuestras necesidades. Conocido también como YHWH o Yahvé-Jireh. Abraham llamó “el Señor proveerá” al sitio donde Dios le proveyó un carnero para que lo sacrificara en lugar de su hijo Isaac. Jesús dijo que Él era el pan de vida y que todo el que fuera a Él hallaría provisión "Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en el, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en el está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien." (Génesis 22:13-14. Josué 1:8. Salmo 23. Marcos 10:45; Romanos 8:2. Juan 6:35)

Jehová-nisi. Nuestro estandarte "Mas gracias sean dadas a Dios, que nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo." El Señor es mi bandera. Dios nos da la victoria contra la carne, contra el mundo y contra el diablo. Nuestras batallas son sus batallas de la luz contra las tinieblas y del bien contra el mal. También se conoce como Yahvéh-Nissi. Nombre del altar que edificó Moisés después de derrotar a los amalecitas en Refidim. Isaías profetiza que la “raíz de Isaí” (Jesús) se levantará como un estandarte para los pueblos. Éxodo 17:15,16; Deuteronomio 20:3,4, Isaías 11:10-12. Efesios 6:10-18. Isaías 11:10. 1 Co. 15:57.

Jehová-rohi. Nuestro pastor que nos da seguridad y confianza "Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano." (Juan 10:27,28) El Señor es mi pastor. El Señor protege, provee, dirige, guía y cuida a su pueblo. Dios nos cuida tiernamente como un pastor poderoso y paciente. Conocido también como Yahvéh-Ra’ah. Jesús es el buen pastor que puso su vida por todas las personas. Salmo 23:1-3; Isaías 53:6; Juan 10:14-18; Hebreos 13:20; Apocalipsis 7:17. 

Jehová-sabaot. Nuestro suplidos y dador de victoria "El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, Cómo no nos dará también con El todas las cosas?" (Ro. 8:32) Sabaot: El Señor de las huestes (referencia al Señor como el capitán de los ejércitos celestiales) Salmo 68:17; 104:4. El Señor de los Ejércitos. El Señor de las huestes celestiales cumplirá siempre sus propósitos, aun cuando fracasen las huestes de su pueblo terrenal. Conocido también como Yahvéh-Sdabaot. Muchas versiones españolas de la Biblia traducen Sabaot por Todopoderoso. Ra’ah. Jesús es el buen pastor que puso su vida por todas las personas. “Jehová-Sabaot” se traduce a menudo El Señor Todopoderoso. Sabaot también se traduce como Huestes o Ejércitos celestiales. 1 Samuel 1:3; 1 Samuel 17:45; Salmo 46:7, malaquías 1:10-14; Romanos 9:29.

Dentro del mundo hebreo el sentido del nombre de algo o alguien es determinante. En muchos casos, esta expresa la realidad o características del mismo, en otros expresa la fe o esperanza que se depositó en ellos. Se puede ver este principio en la actitud de Dios al cambiar el nombre de varios personajes bíblicos.

Emanuel. Dios con nosotros “YO SOY”. Jesús es Dios entre nosotros. En Él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad. Isaías 7:14; 8:8-10 (Mateo 1:23).  Este nombre indica que Jesús es más que un hombre. Él también es Dios. Isaías dijo que el niño que iba a nacer de la virgen sería llamado “Emanuel” (Isaías 7:14, 9:3). Él es el resplandor de la gloria de Dios y la representación exacta de su naturaleza (Hebreos 1:3).

Él: El fuerte. Él es más poderoso que cualquier Dios falso. Dios vencerá todos los obstáculos. Nosotros podemos depender de Dios. Cuatro compuestos de su nombre. Hay dos ocasiones significativas en las que se usó este nombre en el Antíguo Testamento. Una fue en labios de primer soberano de Jerusalén, y la otra del primer pecador de la historia. Aparece más de 200 veces en el Antiguo Testamento (incluyendo las formas compuestas). Nombre semítico genérico para Dios, utilizado por otras culturas para referirse a sus deidades. Él se emplea en nombres propios compuestos tales como Isra-el (el que lucha con Dios), Bet-el (casa de Dios), y El-iseo (Dios es salvación). Éxodo 15:2; Números 23:22, Deuteronomio 7:9 (Marcos 15:34).

Elohim: Es usado 2570 veces; se refiere al poder y la fuerza de Dios. El Creador todopoderoso. Dios es el creador todo poderoso del universo. Dios conoce todo, crea todas las cosas y está en todas partes en todo momento. Es el plural de “El”. Forma plural de Él. Este nombre generalmente se asocia a Dios en relación con su creación. Algunos utilizan la palabra plural “Elohim” como prueba de la Trinidad Elohim también se emplea para referirse a los dioses falsos e incluso a los jueces humanos (Génesis 1:1. Génesis 1:26. Salmo 82:6,7; Juan 10:34. Génesis 1:1-3; Deuteronomio 10:17; Salmo 68. Salmo 19:1. Marcos 13:19). 

El Elohe Israel. Dios el Dios de Israel. El Dios de Israel es totalmente distinto de todos los dioses falsos y es único; nadie es como Él. Es el nombre del altar que Jacob (Israel) erigió después de su enfrentamiento con Dios y de la bendición de Dios sobre él (Génesis 32:24-30; Génesis 33:19,20. Génesis 33:20; Éxodo 5:1, Salmo 68:8; Salmo 106:48).

Elyon: el Poderoso más Poderoso. El Dios Altísimo. Él es el Dios soberano en quien podemos colocar nuestra confianza. El Elyón tiene supremacía sobre todos los Dioses falsos. Melquisedec, el rey de Salem (Jeru “Salem”) y sacerdote del Dios Altísimo, se refirió en dos oportunidades a Dios como “El Elyón” cuando bendijo a Abraham. Génesis 14:17-22; Salmo 78:35; Daniel 4:34; Hechos 16:17.

El Roi: el poderoso que ve. En Génesis 16, una iracunda y estéril había echado a su sirvienta embarazada y arrogante Hagar al desierto. Cuando ya no quedaba ninguna esperanza de sobrevivir, esta muchacha egipcia y pagana fue visitada y atendida por El Roi mismo: el Dios poderoso que ve. Génesis 16:13

El Shaddai: El todo suficiente, El Dios de las montañas, Dios Todopoderoso.  Dios es la fuente inagotable de toda bendición. Dios es Todopoderoso. Nuestros problemas no son demasiado grandes como para que Dios no los pueda manejar.

El nombre Shadday se traduce como Omnipotente o Todopoderoso. En la LXX se traduce con las palabras Dios, Señor y Todopoderoso (u Omnipotente). En cinco pasajes hallamos que podríamos traducir como Todosuficiente. Jerónimo adoptó la palabra Omnipotente, Todopoderoso (u Omnipotente), y otras versiones han seguido sus huellas. El título Shadday indica realmente la plenitud y riqueza de la gracia de Dios, y al lector hebreo le recordaría que todo don bueno y perfecto desciende de Dios-que El nuca se cansa de derramar Sus misericordias sobre Su pueblo, y que está más que bien dispuesto a darles a ellos que ellos a recibir. El término está relacionado con una raíz que significa un pecho, y de ello la idea es similar al contenido en nuestra palabra exuberancia. Quizá la palabra dadivoso comunicaría el sentido con mayor precisión.

El que tiene seno. Es usado cuarenta y ocho veces en el Antiguo Testamento. No existe ninguna circunstancia de nuestra vida que escape de su conocimiento y cuidado paternales. Dios nos conoce a nosotros y a nuestros problemas. La palabra hebrea Shad se usa frecuentemente para designar el seno de una madre que amamanta. Génesis 17:1 Esta revelación de Dios le llegó a Abraham en un momento de mucha necesidad en su vida. Su pecado al casarse con Hagar indudablemente le estorbó en su comunión plena y libre con Dios. A parte de eso era un hombre anciano de casi cien años, humanamente incapaz de engendrar el hijo que esperaba. Agar llamó al Señor con este nombre junto al pozo de agua en el desierto. Dios conoce todos nuestros pensamientos y sentimientos. Jesús conocía los pensamientos de aquellos que lo rodeaban, lo que demostraba que Él es El-Roi. Génesis 16:11-14; Salmo 139-7-12. Mateo 22:18; 26:31,34; Lucas 5:21-24. Génesis 17:1-3; 48:3; 49:25, 35:11, Salmo 90:2. 

El Olam: el Dios eterno. El Dios que me ve. Él es el Principio y Fin, el que lleva a cabo sus propósitos a través de las edades. El da fuerzas al fatigado. Isaías 40 generalmente se considera uno de los más grandes capítulos del Antiguo Testamento. El profeta empieza prediciendo tanto la primera como la segunda venida de Cristo, después contrasta el impresionante poder del verdadero Dios con la miserable impotencia de todos los ídolos. Pero al pueblo de Israel le era difícil aceptarlo, buscando una explicación a cómo disipar las dudas de Israel, Isaías declara la tremenda palabra del capítulo 40 versos 28 al 31. Jesucristo posee atributos eternos. Él es el mismo ayer, hoy y para siempre (Hebreos 13:8). Él obtuvo para nosotros la redención eterna (Hebreos 9:12). Génesis 21:33; Salmo 90:1,2, Isaías 40:28. Romanos1:20. 

Adonai: Amo, Señor, Dioses dueño de toda su creación. Malaquías 1:6. El nombre hebreo del Antiguo Testamento Adonai y su contra parte griega del Nuevo Testamento Kirios describe la relación entre el amo y el esclavo con una doble implicación: El amo tiene derecho de exigir la obediencia. El esclavo tiene la obligación de exigir provisión

Veamos ahora el tercer mandamiento.

Éxodo 20:7. No tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano.

Aquí Dios nos dice: "No pronuncies el nombre del SEÑOR tu Dios a la ligera", o como traduce la Biblia de las Américas, "No tomarás el nombre del SEÑOR tu Dios en vano". Somos llamados a respetar el nombre del Señor, pues es digno de reverencia.

En la Biblia, la palabra "nombre" también puede significar "fama" o "renombre" - de hecho, así se traduce en algunos pasajes. Por ejemplo, cuando Dios le dijo a Abraham: "Haré grande tu nombre" (Génesis 12:2), no quería decir que lo iba a escribir en letras muy altas; quería decir que lo haría famoso y renombrado.

La identidad de una persona y su nombre están estrechamente ligados en la Biblia. En realidad, el nombre es la forma más básica que tenemos para identificar a alguien. Por este motivo, faltar el respeto al nombre de Dios es faltarle el respeto a El mismo.

Vemos, entonces, que

El nombre del Señor es digno de reverencia. El nombre del Señor es digno de reverencia, pues representa al Señor mismo. Por ejemplo, leemos en Joel 2:26. "Ustedes comerán en abundancia, hasta saciarse, y alabarán el nombre del Señor su Dios". Alabar el nombre de Dios es alabarle a Él, pues es por medio de su nombre que nosotros le conocemos.

De igual manera, leemos en el Salmo 5:11. "Extiende tu protección, y que en ti se regocijen todos los que aman tu nombre". Amar el nombre del Señor es amarle a Él. Malaquías 4:2 dice: "Pero para ustedes que temen mi nombre, se levantará el sol de justicia trayendo en sus rayos salud". Temer el nombre de Dios es temerle a Él. Según el pensar bíblico, no podemos divorciar a la persona de su nombre.

Cuando mostramos respeto al nombre de Dios, entonces, estamos mostrándole respeto a El mismo. Cuando lo usamos a la ligera, en cambio, cuando lo empleamos como una exclamación - ¡Ay, Dios mío! - o como una grosería o para jurar falsamente, le estamos faltando el respeto a Dios mismo.

Una de las formas en que podemos medir el nivel de declive de una cultura es observar la forma en que se utiliza públicamente el nombre de Dios. En cualquier cultura habrá personas irreverentes que abusan del nombre de Dios. Sin embargo, en las sociedades donde se retiene algo de decencia, será inaceptable usarlo de una forma indigna, como una palabrota o como exclamación.

A veces me sorprende escuchar la forma en que se deshonra el nombre de Dios en la televisión y en los medios, usándolo para cualquier tontería. Se dicen cosas que hace diez o quince años habrían sido totalmente inaceptables. Esto demuestra lo lejos que está nuestra cultura del temor de Dios.

Nosotros, hermanos, hemos sido llamados a vivir de una forma distinta. Hemos sido llamados a temer a Dios, y esto empieza con mostrar el respeto que su nombre se merece. Cuando empezamos a usar su nombre a la ligera, en cambio, pronto estaremos haciéndole menos a El también.

Cuando Dios se reveló a Moisés frente a la zarza ardiente, Moisés le preguntó quién debía decir al pueblo que lo había enviado. Dios le dijo: "Yo soy el que soy; diles que YO SOY te ha enviado a ellos" (Exodo 3:14). De esta frase YO SOY nace el nombre usado para Dios en el Antiguo Testamento, usualmente pronunciado Jehová.

Los judíos dejaron de pronunciar este nombre por reverencia, y cuando lo leían en los textos del Antiguo Testamento, decían Adonai, que significa Señor. Es más, empezaron a escribir la palabra Jehová con las consonantes de Adonai. De hecho, la palabra Jehová no se pronunciaba así en un principio; probablemente más bien se pronunciaba Yavé.

Hoy en día, hay personas que insisten en usar el nombre Jehová para referirse a Dios, pues dicen que es su único nombre. Sin embargo, cuando nuestro Señor Jesús anduvo aquí en la tierra, El no hizo esto. Cuando hablaba de su Padre, usó las palabras Dios o Señor. Para tomar sólo un ejemplo, en Mateo 4:7 ("Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios"), Jesús cita un pasaje del Antiguo Testamento que en hebreo usa el nombre de Dios, Jehová, pero Jesús dice Señor. Es así en todo el Nuevo Testamento. No nos dejemos confundir.

La importancia de esto está en lo siguiente: cuando decimos que debemos de mostrar el respeto debido al nombre de Dios, no estamos hablando solamente de la palabra Jehová; más bien, debemos de mostrar este respeto a cualquier palabra que usemos para hablar de Él, sea Dios, Señor o Jehová.

El nombre de Jesús merece el mismo respeto. Esto lo vemos en Filipenses 2:9-11. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra; y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.

Dios ha exaltado a Jesús, tras su humillación, y le ha dado el nombre sobre todo nombre, el nombre de Jesús. Ante este nombre, toda rodilla deberá doblar. El nombre de Jesús es digno del mismo respeto que se merece el nombre de Dios.

Esto significa que si alguien desprestigia el nombre de Jesús, o si le rinde un honor menor al que rinde al nombre de Dios, está en error. Dios el Padre desea que se le rinda igual honor a Jesús, pues comparten la misma esencia. Vemos, entonces, que
Dios nos llama a respetar su nombre. ¿Qué significa esto para nuestra vida? Consideremos ahora tres formas en que podemos deshonrar el nombre de Dios. La primera forma es pronunciándola sin sentido. Esto sucede cuando la usamos simplemente como exclamación, como grosería o sin pensar en lo que estamos diciendo.

Tenemos mucho la mala costumbre de decir: ¡Ay, Dios mío!, cuando en realidad no estamos hablándole a Dios ni hablando de Dios. Es una forma de deshonrar su nombre.

La segunda forma en que deshonramos a Dios es cuando hacemos juramentos falsos con su nombre. ¡Te lo juro por Dios! -decimos, cuando realmente queremos que alguien nos crea. Veamos lo que dijo Jesús frente a esto en Mateo 5:34-37. Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey. Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello. Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede.

La tercera forma en que podemos deshonrar el nombre de Dios es si lo usamos fuera de una relación de sumisión con El. Esto sucede, por ejemplo, en la adivinación y la hechicería. Muchas veces los practicantes del ocultismo utilizan diferentes nombres divinos para tratar de manipular el poder que pueda haber en ellos.

Dios prohíbe la hechicería y la adivinación en su Palabra. Es más, El no presta su nombre para tales usos. El libro de Hechos (Hechos 19:13-16) nos cuenta la historia de unos hijos de un tal Esceva, que trataron de usar el nombre de Jesús para echar fuera demonios, como vieron hacer a los apóstoles.

Ellos decían: "¡En el nombre de Jesús, a quien Pablo predica, les ordeno que salgan!" Un día, un endemoniado les dijo: "Conozco a Jesús, y sé quién es Pablo, pero ustedes ¿quiénes son?" El hombre que estaba bajo el control de un demonio se lanzó sobre ellos, y huyeron desnudos y heridos.

Hay poder en el nombre de Jesús, sí; pero este poder opera cuando le mostramos el respeto y la sumisión debidos. Si no nos queremos someter a Jesús, no debemos de orar al Padre en su nombre. Si no estamos obedeciendo a Jesús, no debemos de confiar en la protección que su nombre nos da.

Hoy en día nos hemos olvidado de la grandeza, la santidad, la majestad de Dios. No le mostramos reverencia. No nos humillamos ante El. Empecemos a recobrar una perspectiva bíblica sobre la grandeza de Dios mostrando el respeto que su nombre se merece. Su Palabra dice que El no tendrá por inocente al que tome su nombre en vano. Promete, sin embargo, honrar a quienes lo honren. Honremos el nombre de Dios. Bendiciones.

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