Nuestro deseo es que cada uno de los mensajes, así como cada uno de los ministerios y recursos enlazados, pueda ayudar como una herramienta al crecimiento, edificación y fortaleza de cada creyente dentro de la iglesia de Jesucristo en las naciones y ser un práctico instrumento dentro de los planes y propósitos de Dios para la humanidad. Cada mensaje tiene el propósito de dejar una enseñanza basada en la doctrina bíblica, de dar una voz de aliento, de edificar las vidas; además de que pueda ser adaptado por quien desee para enseñanzas en células o grupos de enseñanza evangelísticos, escuela dominical, en evangelismo personal, en consejería o en reuniones y servicios de iglesias.

SVR Clase 8. Dios el Hijo: Su Encarnación°

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Es tiempo de sumergirnos en Dios y su Palabra buscando el amor, la gracia, la misericordia y la fortaleza que vienen del Padre Celestial en estos tiempos; es por eso que empezamos con el estudio de los módulos del Seminario Bíblico Reina Valera: TEOLOGÍA SISTEMÁTICA 1 y TEOLOGÍA SISTEMÁTICA 2.

Juan 5:39. Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí.

TEOLOGÍA SISTEMÁTICA 1. Es el estudio de las doctrinas acerca de la Biblia: su revelación, inspiración, iluminación e infalibilidad; las doctrinas de Dios: la Trinidad, los atributos y los nombres de Dios; las doctrinas de Cristo: Su persona, deidad, humanidad y carácter; las doctrinas del Espíritu Santo: Su deidad, persona, obra en la elección, la regeneración y la Santificación, más el fruto, los dones, el bautismo y la plenitud del Espíritu; y las doctrinas acerca del hombre: su creación original y su caída en pecado.

TEOLOGÍA SISTEMÁTICA 2. Es el estudio de las doctrinas bíblicas de la salvación: expiación, sustitución, redención, reconciliación, propiciación, justificación, elección, predestinación, regeneración, conversión, arrepentimiento, la adopción y la unión mística del creyente con Cristo.  Incluye el estudio de las doctrinas acerca de la iglesia: sus miembros, propósito, comisión, culto, organización y ordenanzas.  Incluye el estudio de las profecías de la Biblia: principalmente las no cumplidas todavía como el arrebatamiento de la iglesia, la Tribulación, la segunda venida de Jesucristo, el reino milenial, los juicios finales y el estado eterno.

Clase 8. Dios el Hijo: Su Encarnación. por Lewis Sperry Chafer

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Al considerar la encarnación deben de admitirse dos verdades importantes:

1) Cristo fue al mismo tiempo, y en un sentido absoluto, verdadero Dios y verdadero hombre; y

2) al hacerse Él carne, aunque dejó a un lado su Gloria, en ningún sentido dejó a un lado su deidad.

En su encarnación Él retuvo cada atributo esencial de su deidad. Su total deidad y completa humanidad son esenciales para su obra en la cruz. Si Él no hubiera sido hombre, no podría haber muerto; si Él no hubiera sido Dios, su muerte no hubiera tenido tan infinito valor.
Juan declara (Jn. 1:1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.) que Cristo, quien era uno con Dios y era Dios desde toda la eternidad, se hizo carne y habitó entre nosotros. Jn. 1:14. Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.

Pablo, asimismo, declara que Cristo, quien era en forma de Dios, tomó sobre sí mismo la semejanza de hombres, «Dios fue manifestado en carne» Fil. 2:6-7. El cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres.

1 Ti. 3:16. E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne, Justificado en el Espíritu, Visto de los ángeles, Predicado a los gentiles, Creído en el mundo, Recibido arriba en gloria. Y Él, quien fue la total revelación de la gloria de Dios, fue la exacta imagen de su persona. He. 1:3. El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas. Lucas, en más amplios detalles, presenta el hecho histórico de su encarnación, así como ambos su concepción y su nacimiento.

Lc. 1:26-38. Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María. Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres. Mas ella, cuando le vio, se turbó por sus palabras, y pensaba qué salutación sería esta. Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin. Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón. Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios. Y he aquí tu parienta Elisabet, ella también ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril; porque nada hay imposible para Dios. 38 Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.

Lc. 2:5-7. Para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta. Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.

La Biblia presenta muchos contrastes, pero ninguno más sorprendente que aquel que Cristo en su persona debería ser al mismo tiempo verdadero Dios y verdadero hombre. Las ilustraciones de estos contrastes en las Escrituras son muchas: Él estuvo cansado. Jn. 4:6.  Mt. 11:28.  Mt. 4:2.  Y Él era «el pan de vida» Jn. 6:35. 

Él tuvo sed. Jn. 19:28. Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliese: Tengo sed. Y Él era el agua de vida. Jn. 7:37.  Lc. 22:44.  Jn. 8:58. 

Él creció «en edad» como crecen todos los hombres. Lc. 2:40.  Mt. 4:1.  Lc. 2:52.  He. 2:6-7.  Jn. 14:28. Jn. 10:30. Jn. 14:9.

Él oraba. Lc. 6:12.  Hch. 10:31.  Jn. 11:35.  Jn. 11:43-44.  Mt. 16:13. Jn. 2:25).  Mr. 15:34. 

2 Co. 5:19. Que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. Él es la vida eterna; sin embargo, murió por nosotros. Él es el hombre ideal para Dios y el Dios ideal para el hombre. De todo esto se desprende que el Señor Jesucristo vivió a veces su vida terrenal en la esfera de lo que es perfectamente humano, y en otras ocasiones en la esfera de lo que es perfectamente divino. Y es necesario tener presente que el hecho de su humanidad nunca puso límite, de ningún modo, a su Ser divino, ni le impulsó a echar mano de sus recursos divinos para suplir sus necesidades humanas. Él tenía el poder de convertir las piedras en pan a fin de saciar su hambre; pero jamás lo hizo.

A. EL HECHO DE LA HUMANIDAD DE CRISTO.

1. La humanidad de Cristo fue determinada antes de la fundación del mundo. Ef. 1:4-7.  Ef. 3:11.  Ap. 13:8.  El principal significado del tipo del Cordero está en el cuerpo físico que se ofrece en sacrificio cruento a Dios.

2. Cada tipo y profecía del Antiguo Testamento concerniente a Cristo, anticipa el advenimiento del Hijo de Dios en su encarnación.

3. El hecho de la humanidad de Cristo se ve en la anunciación del ángel a María y en el nacimiento del Niño Jesús. Lc. 1:31-35. 
4. La vida terrenal de Cristo revela su humanidad:

a) Por sus nombres: «el Hijo del hombre», «el Hijo de David», u otros semejantes;

b) por su ascendencia terrenal: Se le menciona como «el primogénito de María» Lc. 2:7.  Hch. 2:30.  Hch. 13:23.  He. 2:16.  Ga. 4:4.  Is. 11:1. 

c) por el hecho de que Él poseía cuerpo, y alma, y espíritu humanos. Mt. 26:38.  Jn. 13:21.  1 Jn. 4:2,9. En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; En esto se mostró el amor de Dios para con nosotros, en que Dios envió a su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos por él.

d) por las limitaciones humanas que Él mismo se impuso.

5. La humanidad de Cristo se manifiesta en su muerte y resurrección. Fue un cuerpo humano el que sufrió la muerte en la cruz, y fue ese mismo cuerpo el que surgió de la tumba en gloriosa resurrección.

6. La realidad de la humanidad de Cristo se ve también en su ascensión a los cielos y en el hecho de que Él está allí, en su cuerpo humano glorificado intercediendo por los suyos.

7. Y en su segunda venida será «el mismo cuerpo» aunque ya glorificado que adoptó en el milagro de la encarnación.

B. LAS RAZONES BIBLICAS DE LA ENCARNACION.

1. Cristo vino al mundo para revelar a Dios ante los hombres. Mt. 11:27.  Jn. 1:18.  Jn. 14:9.  Ro. 5:8.  1 Jn. 3:16. También nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. Por medio de la encarnación, el Dios, a quien los hombres no podían comprender, se revela en términos que son accesibles al entendimiento humano.

2. Cristo vino a revelar al hombre. Él es el Hombre ideal para Dios, y como tal, se presenta como un ejemplo para los que creen en Él, aunque no para los inconversos, pues el objetivo de Dios en cuanto a ellos no es meramente reformarlos, sino salvarlos. 1 P. 2:21. Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas.

3. Cristo vino a ofrecer un sacrificio por el pecado. Por esta causa, Él da alabanza por su cuerpo a Dios, y esto lo hace en relación con el verdadero sacrificio que por nuestro pecado Él ofreció en la cruz. He. 10:1-10. 

4. Cristo se hizo carne a fin de destruir las obras del diablo. Jn. 12:31.  Jn. 16:11.  Col. 2:13-15.  He. 2:14.  1 Jn. 3:8. 

5. Cristo vino al mundo para ser «misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere» He. 2:16-17.  He. 8:1.  He. 9:11-12,24. 

6. Cristo se hizo carne para poder cumplir el pacto davídico. 2 S. 7:16.  Lc. 1:31-33.  Hch. 2:30-31,36. Ro. 15:8.  Lc. 1:32.  Ap. 19:16. 

7. Por medio de su encarnación, Cristo llegó a ser «Cabeza sobre todas las cosas y de la iglesia», la cual es la Nueva Creación, o sea, la nueva raza humana. Ef. 1:22. Y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia, en la encarnación, el Hijo de Dios tomó para sí, no solamente un cuerpo humano, sino también un alma y un espíritu humanos. Y poseyendo de este modo tanto la parte material como la inmaterial de la existencia humana, llegó a ser un hombre en todo el sentido que esta palabra encierra, y a identificarse tan estrecha y permanentemente con los hijos de los hombres, que Él es correctamente llamado «el postrer Adán»; y «el cuerpo de la gloria suya» es ahora una realidad que permanece para siempre. Fil. 3:21. 

El Cristo que es el Hijo Eterno, Jehová Dios, fue también el Hijo de María, el Niño de Nazaret, el Maestro de Judea, el Huésped de Betania, el Cordero del Calvario. Y un día se manifestará como el Rey de gloria, así como ahora es el Salvador de los hombres, el Sumo Sacerdote que está en los cielos, el Esposo que viene por su Iglesia, y el Señor.

PREGUNTAS

1. ¿Qué dos verdades importantes deben destacarse en el estudio de la encarnación del Hijo de Dios?
2. Por qué es importante sostener ambas cosas: la completa deidad y la completa humanidad de Cristo?
3. ¿Qué evidencia hay de que Cristo tenía una total humanidad?
4. ¿Qué evidencia hay de que Cristo tuvo experiencias humanas normales?
5. ¿Cómo se sostiene el hecho de su deidad aun cuando Cristo estuvo en la tierra?
6. ¿Cómo está relacionada la encarnación con la revelación de Dios al hombre?
7. ¿Cómo está relacionada la encarnación con el sacrificio de Cristo por el pecado?
8. ¿Cuál es la relación de la encarnación con respecto a destruir las obras del diablo?
9. ¿Cómo se relaciona la encarnación de Cristo con su oficio de Sumo Sacerdote?
10. ¿Cuál es la relación del pacto davídico con la encarnación?
11. ¿Cómo se relaciona la posición de Cristo como Cabeza sobre la iglesia con respecto a la encarnación?

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