Nuestro deseo es que cada uno de los mensajes, así como cada uno de los ministerios y recursos enlazados, pueda ayudar como una herramienta al crecimiento, edificación y fortaleza de cada creyente dentro de la iglesia de Jesucristo en las naciones y ser un práctico instrumento dentro de los planes y propósitos de Dios para la humanidad. Cada mensaje tiene el propósito de dejar una enseñanza basada en la doctrina bíblica, de dar una voz de aliento, de edificar las vidas; además de que pueda ser adaptado por quien desee para enseñanzas en células o grupos de enseñanza evangelísticos, escuela dominical, en evangelismo personal, en consejería o en reuniones y servicios de iglesias.

SVR Clase 30. Aspectos De La Justicia de Dios°


Es tiempo de sumergirnos en Dios y su Palabra buscando el amor, la gracia, la misericordia y la fortaleza que vienen del Padre Celestial en estos tiempos; es por eso que empezamos con el estudio de los módulos del Seminario Bíblico Reina Valera: TEOLOGÍA SISTEMÁTICA 1 y TEOLOGÍA SISTEMÁTICA 2.

Juan 5:39. Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí.

TEOLOGÍA SISTEMÁTICA 1. Es el estudio de las doctrinas acerca de la Biblia: su revelación, inspiración, iluminación e infalibilidad; las doctrinas de Dios: la Trinidad, los atributos y los nombres de Dios; las doctrinas de Cristo: Su persona, deidad, humanidad y carácter; las doctrinas del Espíritu Santo: Su deidad, persona, obra en la elección, la regeneración y la Santificación, más el fruto, los dones, el bautismo y la plenitud del Espíritu; y las doctrinas acerca del hombre: su creación original y su caída en pecado.

TEOLOGÍA SISTEMÁTICA 2. Es el estudio de las doctrinas bíblicas de la salvación: expiación, sustitución, redención, reconciliación, propiciación, justificación, elección, predestinación, regeneración, conversión, arrepentimiento, la adopción y la unión mística del creyente con Cristo.  Incluye el estudio de las doctrinas acerca de la iglesia: sus miembros, propósito, comisión, culto, organización y ordenanzas.  Incluye el estudio de las profecías de la Biblia: principalmente las no cumplidas todavía como el arrebatamiento de la iglesia, la Tribulación, la segunda venida de Jesucristo, el reino milenial, los juicios finales y el estado eterno.

Clase 30. Aspectos De La Justicia de Dios por Lewis Sperry Chafer

http://www.seminarioabierto.com/doctrina230.htm

Cuatro Aspectos De La Justicia de Dios.

Una diferencia vital entre Dios y el hombre que la Escritura enfatiza es que Dios es justo. 1 Jn. 1:5. Mientras que, según Romanos 3:10, el cargo fundamental hecho a los seres humanos es que <<no hay justo, ni aun uno>>. De la misma manera, una de las glorias de la gracia divina es el hecho de que una justicia perfecta, semejante a la blanca e inmaculada vestidura de una novia, ha sido provista en Cristo y es gratuitamente concedida a todos los que creen en Él. Ro. 3:22. Esta justicia de Dios llega,  mediante la fe en Jesucristo,  a todos los que creen.  De hecho,  no hay distinción,

Las Escrituras distinguen cuatro aspectos de la justicia.

A. Dios es justo.

Esta justicia de Dios es invariable e inmutable. Él es infinitamente justo en su propio Ser e infinitamente justo en todos sus caminos. Ro. 3:25-26. Dios lo ofreció como un sacrificio de expiación que se recibe por la fe en su sangre,  para así demostrar su justicia.  Anteriormente,  en su paciencia,  Dios había pasado por alto los pecados; pero en el tiempo presente ha ofrecido a Jesucristo para manifestar su justicia.  De este modo Dios es justo y,  a la vez,  el que justifica a los que tienen fe en Jesús.

Dios es justo en su Ser. Es imposible que Él se desvíe de su propia justicia, ni siquiera como por una <<sombra de variación>> (Stg. 1:17). Él no puede mirar el pecado con el más mínimo grado de tolerancia. Por consiguiente, puesto que todos los hombres son pecadores, tanto por naturaleza como por práctica, el juicio divino ha venido sobre todos ellos para condenación. La aceptación de esta verdad es vital para llegar a un correcto entendimiento del evangelio de la gracia divina.

Dios es justo en sus caminos. Debe también reconocerse que Dios es incapaz de considerar con ligereza o con ánimo superficial el pecado, o de perdonarlo en un acto de laxitud o debilidad moral. El triunfo del evangelio no radica en que Dios haya tratado con lenidad o blandura el pecado; sino más bien en el hecho de que todos los juicios que la infinita justicia tenía necesariamente que imponer sobre el culpable, el Cordero de Dios los sufrió en nuestro lugar, y que este plan que procede de la mente del mismo Dios es, de acuerdo a las normas de su justicia, suficiente para la salvación de todo el que cree en Él.

Por medio de este plan Dios puede satisfacer su amor salvando al pecador sin menoscabo de su justicia inmutable; y el pecador, que en sí mismo está sin ninguna esperanza, puede verse libre de toda condenación. Jn. 3:18. Jn. 5:24. Ro. 8:1. 1 Co. 11:32. No es raro que los hombres conceptúen a Dios como un Ser justo; pero donde falla a menudo es en reconocer que cuando Él efectúa la salvación del hombre pecador, la justicia de Dios no es ni puede ser atenuada.

B. La auto justicia del hombre.

En completa armonía con la revelación de que Dios es justo tenemos la correspondiente declaración de que ante la mirada de Dios la justicia del hombre es como <<trapo de inmundicia>>. Ro. 10:3 No conociendo la justicia que proviene de Dios, y procurando establecer la suya propia, no se sometieron a la justicia de Dios. Is. 64:6. Aunque el estado pecaminoso del hombre se revela constantemente a través de las Escrituras, no hay descripción más completa y final que la que se encuentra en Romanos 3:9-18; y debe notarse que, como en el caso de otras evaluaciones bíblicas del pecado, tenemos aquí una descripción del pecado como Dios lo ve. Los hombres han establecido normas para la familia, la sociedad y el estado; pero ellas no son parte de la base sobre la cual él ha de ser juzgado delante de Dios. En su relación con Dios los hombres no son sabios comparándose consigo mismos. 2 Co. 10:12. No nos atrevemos a igualarnos ni a compararnos con algunos que tanto se recomiendan a sí mismos.  Al medirse con su propia medida y compararse unos con otros, no saben lo que hacen.

Porque no están perdidos solamente aquellos que la sociedad condena, sino los que están condenados por la inalterable justicia de Dios. Ro. 3:23. Por lo tanto, no hay esperanza alguna fuera de la gracia divina; porque nadie puede entrar en la gloria del cielo si no es aceptado por Dios como lo es Cristo. Para esta necesidad del hombre Dios ha hecho una provisión abundante.

C. La justicia imputada de Dios.

Como se ha recalcado en las discusiones previas en cuanto a la doctrina de la imputación, la importante revelación de la imputación de la justicia de Dios es esencial que la comprendamos tanto sobre los principios sobre los cuales Dios condena al pecador como sobre los principios sobre los cuales Dios salva al cristiano.
Ro. 3:22. Esta justicia de Dios llega, mediante la fe en Jesucristo, a todos los que creen.  De hecho,  no hay distinción,

Aunque la doctrina es difícil de entender, es importante comprenderla como uno de los mayores aspectos de la revelación de Dios.

1. El hecho de la imputación es subrayado en la imputación del pecado de Adán a la raza humana con el efecto de que todos los hombres son considerados pecadores por Dios. Ro. 5:12-21. Esto se desarrolla más aún en el hecho de que el pecado del hombre fue imputado a Cristo cuando Él se ofreció como ofrenda por el pecado del mundo. 2 Co. 5:14,21. El amor de Cristo nos obliga, porque estamos convencidos de que uno murió por todos,  y por consiguiente todos murieron. Al que no cometió pecado alguno,  por nosotros Dios lo trató como pecador, para que en él recibiéramos la justicia de Dios. He. 2:9. 1 Jn. 2:2.

Así también la justicia de Dios es imputada a todos los que creen, para que ellos puedan permanecer delante de Dios en toda la perfección de Cristo. Por causa de esta provisión se puede decir de todos los que son salvos en Cristo que ellos son hechos justicia de Dios en Él. 1 Co. 1:30. Pero gracias a él ustedes están unidos a Cristo Jesús, a quien Dios ha hecho nuestra sabiduría, es decir,  nuestra justificación,  santificación y redención. 2 Co. 5:21. Siendo que esta justicia es de Dios y no del hombre y que, según lo afirma la Escritura, ella existe aparte de toda obra u observancia de algún precepto legal, es obvio que esta justicia imputada no es algo que el hombre pueda efectuar. Ro. 3:21. Siendo la justicia de Dios, ella no puede ser aumentada por la piedad de aquel a quien le es imputada, ni tampoco disminuir por causa de su maldad.

2. Los resultados de la imputación se ven en que la justicia de Dios es imputada al creyente sobre la base de que el creyente está en Cristo por medio del bautismo del Espíritu. A través de esa unión vital con Cristo por el Espíritu el creyente queda unido a Cristo como un miembro de su cuerpo. 1 Co. 12:13. Y como un pámpano a la Vid verdadera. Jn. 15:1,5. Por causa de la realidad de esta unión Dios ve al creyente como una parte viviente de su propio Hijo. Por lo tanto, Él ama al creyente como ama a su propio Hijo. Ef. 1:6. 1 P. 2:5. Y considera que él es lo que su propio Hijo es: la justicia de Dios. Ro. 3:22. 1 Co. 1:30. 2 Co. 5:21. Cristo es la justicia de Dios; por consiguiente, aquellos que son salvos son hechos justicia de Dios por estar en Él. 2 Co. 5:21. Ellos están completos en Él y perfeccionados en Él para siempre. 2 Co. 2:10. He. 10:10,14.

3. En las Escrituras se nos dan muchas ilustraciones de la imputación. Dios proveyó túnicas de pieles para Adán y Eva y para obtenerlas fue necesario el derramar sangre. Gn. 3:21. Gn. 15:6. Ro. 4:9-22. Stg. 2:23. Sal. 132:9. Ap. 19:8. La actitud del apóstol Pablo hacia Filemón es una ilustración tanto del mérito como del demérito imputado. Refiriéndose al esclavo Onésimo, dice el apóstol: <<Así que, si me tienes por compañero, recíbele como a mí mismo (imputación de mérito). Y si en algo te dañó, o te debe, ponlo a mi cuenta (la imputación de demérito)>> Flm. 1:17-18. Así que,  si me tienes por compañero,  recíbele como a mí mismo. Y si en algo te dañó,  o te debe,  ponlo a mi cuenta. Confrontar también con: Job 29:14. Is. 11:5. Is. 59:17. Is. 61:10.

4. La imputación afecta la posición y no el estado. Existe, por lo tanto, una justicia de Dios, que nada tiene que ver con las obras humanas, que está en y sobre aquel que cree. Ro. 3:22.  La justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo,  para todos los que creen en él.  Porque no hay diferencia,

Esta es la posición eterna de todos los que son salvos. En su vida diaria, o estado, ellos se hallan muy lejos de ser perfectos, y es en este aspecto de su relación con Dios que deben <<crecer en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo>>

2 P. 3:18. Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad.  Amén.

5. La justicia imputada es la base de la justificación. De acuerdo a su uso en el Nuevo Testamento, las palabras <<justicia>> y <<justificar>> vienen de la misma raíz. Dios declara justificado para siempre a aquel que Él ve en Cristo. Este es un decreto equitativo, ya que la persona justificada está vestida de la justicia de Dios. La justificación no es una ficción o un estado emotivo; sino más bien una consideración inmutable en la mente de Dios. Al igual que la justicia imputada, la justificación es por fe.

Ro. 5:1. Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; Por medio de la gracia.

Tito 3:4-7. Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, (5) nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, (6) el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, (7) para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna. Y se hace posible a través de la muerte y resurrección de Cristo.

Ro. 3:24. Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús.

Ro. 4:25. El cual fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.

Es permanente e inmutable, pues descansa solamente en los méritos del eterno Hijo de Dios. La justificación es más que el perdón, porque el perdón es la cancelación de la deuda del pecado, mientras que la justificación es la imputación de justicia. El perdón es negativo (supresión de la condenación), en tanto que la justificación es positiva (otorgamiento del mérito y posición de Cristo).

Al escribir de una justificación por medio de obras, Santiago se refería a la posición del creyente delante de los hombres.

Stg. 2:14-26. Hermanos míos,  ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe,  y no tiene obras?  ¿Podrá la fe salvarle?  (15)  Y si un hermano o una hermana están desnudos,  y tienen necesidad del mantenimiento de cada día,  (16)  y alguno de vosotros les dice: Id en paz,  calentaos y saciaos,  pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo,  ¿de qué aprovecha?  (17)  Así también la fe,  si no tiene obras,  es muerta en sí misma.  (18)  Pero alguno dirá: Tú tienes fe,  y yo tengo obras.  Muéstrame tu fe sin tus obras,  y yo te mostraré mi fe por mis obras.  (19)  Tú crees que Dios es uno;  bien haces.  También los demonios creen,  y tiemblan.  (20)  ¿Mas quieres saber,  hombre vano,  que la fe sin obras es muerta?  (21)  ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre,  cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar?  (22)  ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras,  y que la fe se perfeccionó por las obras?  (23)  Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios,  y le fue contado por justicia,  y fue llamado amigo de Dios.  (24)  Vosotros veis,  pues,  que el hombre es justificado por las obras,  y no solamente por la fe.  (25) Asimismo también Rahab la ramera,  ¿no fue justificada por obras,  cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino?  (26)  Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto,  así también la fe sin obras está muerta

Pablo, escribiendo de la justificación por la fe, tenía en mente la posición del creyente delante de Dios.

Ro. 5:1. Justificados,  pues,  por la fe,  tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; Abraham fue justificado delante de los hombres demostrando su fe por medio de sus obras.

Stg. 2:21. ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre,  cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? Asimismo, él fue justificado por fe delante de Dios por la justicia que le fue imputada.

Stg. 2:23. Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios,  y le fue contado por justicia,  y fue llamado amigo de Dios.

D. La justicia impartida por el Espíritu.

Lleno del Espíritu, el hijo de Dios producirá las obras de justicia.

Ro. 8:4. Para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros,  que no andamos conforme a la carne,  sino conforme al Espíritu.

Del «fruto del Espíritu» Ga. 5:22-23. Mas el fruto del Espíritu es amor,  gozo,  paz,  paciencia,  benignidad,  bondad,  fe, mansedumbre,  templanza;  contra tales cosas no hay ley.

Y manifestarán los dones para el servicio que le han sido dados pon el Espíritu.

1 Co. 12:7. Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho.

Se establece claramente que estos resultados se deben a la obra que el Espíritu realiza en y a través del creyente. Se hace referencia, por tanto, a un modo de vida que en un sentido es producido por el creyente; mejor dicho, es un modo de vida producido a través de él por el Espíritu. Para aquellos que <<no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu>>, la justicia de la ley, la cual en este caso significa nada menos que la realización de toda la voluntad de Dios para el creyente, se cumple en ellos.

Esto nunca podría ser cumplido por ellos. Cuando es realizada por el Espíritu, ella no es otra cosa sino la vida que es la justicia impartida por Dios.


PREGUNTAS

1. Con relación a lag justicia, ¿qué diferencia hay entre Dios y el hombre?

2. ¿Cuáles son los cuatro aspectos de la justicia revelados en las Escrituras?

3. ¿En qué sentidos Dios es completamente justo?

4. ¿Hasta qué punto llega el hombre en su auto justicia y por qué ésta es insuficiente?

5. ¿Por qué es necesaria para el hombre la justicia imputada de Dios?

6. ¿Cuáles son los resultados de la imputación de justicia en el hombre?

7. Proporcionar algunas ilustraciones bíblicas de la imputación.

8. ¿De qué manera afecta la imputación la posición y el estado ante Dios?

9. ¿Cómo se relaciona la justicia imputada con la justificación?

10. Contrastar la justificación y el perdón.

11. ¿Cuál es la diferencia entre la justificación por las obras y la justificación por la fe?


12. ¿Hasta qué punto se extiende la justicia impartida por el Espíritu?

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